Y su amor se esfumó,
como el sol al anochecer,
como la vida en el alma,
que no llegará a crecer.
La brisa que ilumina sus campos,
escapó con el viento,
una caricia, un beso,
que desvanece en el tiempo.
Un querer de juventud,
que marcó dos corazones,
y el destino se quebró,
sin entender razones.
Porque eres tú el alma rota,
que me visita por las noches,
porque eres tú, y sólo tú,
quien me amó sin reproches.
Y ahora ya no soy nada,
una vela apagada,
una huella en tu vida,
con los años robada.
Y tus lágrimas por mi,
se deslizan por tu cara,
de pensar que me quisiste,
mas allá de las palabras.
¿Por qué seguir luchando
por quien no entrega nada?
Viene a tu mente cada noche,
pero no respondes nada.
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